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Otro traspié de Morón. Ahora con Temperley

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Morón quedó décimo tercero en la tabla que lidera Colón de Santa Fe (Zona B del Nacional B) luego de perder con Temperley el pasado sábado 08 de junio en calidad de visitante. El partido terminó 3 a 0 y el Gallo no levanta cabeza.

Los dejamos con la excelente crónica del partido de «El Blog del Gallito»

De «blooper» a «meme»…
Cambió el técnico, asumiendo Cristian Díaz el martes pasado, pero no cambió nada en el equipo (no responsabilizamos al nuevo cuerpo técnico, con apenas cuatro entrenamientos), pero al parecer, habiéndose agotado la primera mitad del torneo, a este Morón parece complicado imaginar que alguien sea capaz de «salvarlo de sí mismo».

Un primer tiempo con buenas intenciones, pero la carencia repetida de cambio de ritmo en terreno ajeno y profundidad frente al arco rival, determinaron que el Gallo llegase un vez con peligro y fuera gol, pero bien anulado por posición adelantada, mientras que Temperley (que eliminó a River por «Copa Argentina», pero viene a los «tumbos» en la Primera Nacional, con dos derrotas en fila, antes de toparse con este «generoso» Morón), también generase una opción, y sumada a la distracción típica de cada partido, de una defensa insoluble, encontraste la ventaja minima para controlar el trámite y tan sólo con eso, desmoronar la resistencia actitudinal, de un Morón sin alma, ni rebeldía, de «cabezas gachas» y derrotado ante la primera adversidad.

Porque Temperley fue su antagonista formal, pero en realidad, el mayor rival de este Morón desangelado, es él mismo, tanto es asi que en los minutos finales del partido en Turdera, se hizo dos goles más, uno por no poder rechazar la pelota en el aérea chica y el 0-3 por un autogol de Gastón González, que al igual que la fecha pasada, frente a San Miguel, refleja con dolorosa contundencia, la imagen tristísima de un equipo desconcentrado, ido por completo y hasta diríamos que con ganas de escuchar el «pitazo» final del arbitro para volverse a su casa.

Desde lo nominal, el primer once de Cristian Díaz tuvo la vuelta de Pablo Ferreira por Patricio Núñez (no fue siquiera convocado y se habla que podría ser baja para el segundo semestre), el regreso de Agustín Gómez, tras la suspensión, por un lesionado Emilio Lazza y la inclusión como titular de Matías Romero, por un Ezequiel Rescaldani que rescindió su contrato en la semana y al parecer, con el fin de «colgar los botines», a los 31 años.

Con Gonzalo Berterame un poco más adelantado, casi de «punta» (no parece haberle sentado bien el nuevo rol), Juan Manuel Olivares «suelto», pero con un nivel de imprecisión repetido y alarmante, Julián Vitale ocupó la posición habitual del «5», mientras que el mencionado Ferreira y González, harían las veces de volantes internos, por derecha e izquierda, respectivamente, banda zurda que tampoco parecería resultar la mejor opción para el nuevo capitán del equipo, Gastón González.

En un primer tiempo «chato» aunque entretenido, sin llegadas a los arcos, pero con buenas intenciones de «triangulaciones» ofensivas en la visita, Morón intentaría ser más «vertical» a la hora de recuperar la pelota, mientras que el «Gasolero» apostaría a un mejor traslado y elaboración de juego, a partir del gran partido de su medio creativo y autor del segundo tanto, con una definición admirable, Julián Mavilla.

A los 35 minutos de la etapa inicial, y cuando prácticamente nada había pasado en ambos arcos, un tiro libre desde el propio terreno local, sobre la izquierda, encontraría una muy buena respuesta de Luis «Animal» López, saliendo del área para desligarse de la marca y poner un pase de primera, también sobre la banda zurda descubierta, para que Emanuel Ibáñez, el «8» de Temperley la impulsara de «una» al «punto penal» y allí una vez más, los zagueros de Morón «corrieran de atrás» a los delantetos, permitiendo que Marcos Arturia (que debió ser expulsado por Yamil Possi, en una acción previa fortísima contra Nicolás Henry), el «11» del «Celeste», tuviera el tiempo suficiente para corregir un mal control inicial y derrotar a Juan Martín Rojas.

Y allí se terminó el partido, literalmente.

Porque salvo la jugada del gol anulado a Matías Romero, apenas adelantado al desviar la pelota rumbo a la red, en todo el segundo tiempo y con la necesidad de forzar, al menos el empate, Morón una vez más casi no pateó al arco rival, a excepción de un par de «pelotas paradas», en un tiro libre de Olivares, bien conjurado por Francisco Rago, el arquero local y dos centros en que la mala defensa de Temperley, le permitieran quedar solos y de cara al arco, tanto a Agustín Gómez como a Julián Vitale, y en ambos casos «pifiaran» sus remates.

Mientras tanto, el equipo de Walter Perazzo aprovechaba para manejar a voluntad, la mínima diferencia en el marcador, ante un Morón «ausente» por completo en el complemento, «derrotado» con anticipación y permitiendo que el local se «floree» en el final, sacando una diferencia exagerada en lo numérico, pero que refleja la apatía de una visita siempre a «años luz» de la posibilidad concreta del empate, al menos.

Un balón que la defensa de Morón no lograr rechazar y en el rebote (porque además, el Gallo perdió todas las «segundas pelotas» y hasta se vio superado físicamente, más allá de lo anímico), Julián Mavilla «coronara» su noche con una gran definición dentro del área, a los 43′ del segundo tiempo.

Y la jugada que marca a las claras la paupérrima actualidad de este Morón, igual que la fecha pasada, en el inaudito gol del triunfo de San Miguel, en este caso con un desborde y centro desde la derecha, que resulta interceptado, antes que Rojas pudiese intervenir, y del intento por salir jugando desde su propia área, Gómez cediera a González, quien de «memoria» buscaría apoyarse en el «1» del Gallo, éste fuera del arco desde la acción previa, para que el remate a propia «puerta» de Gastón, se convirtiera en el 3 a 0 de Temperley, en el tercer minuto agregado y en otra noche con derrota y «blooper», de un Morón empecinado en convertirse en «meme», todas las semanas.

Colosal trabajo le espera a Cristian Díaz, con poco tiempo de receso por delante y la posibilidad de apenas cuatro refuerzos.

Aunque el mejor «refuerzo» que pudiese tener el equipo, es que las decisiones las tome íntegramente el nuevo cuerpo técnico, sin injerencia de los mismos que conformaron este plantel y por lo tanto, responsables primarios del actual bochorno futbolístico.

Hoy por hoy, todos los rivales de la zona esperan jugar con Morón, para «levantar cabeza» y volver al triunfo.

Triste y vergonzoso. Pero real.


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